viernes, 19 de marzo de 2010

POR DIAS COMO HOY

Hoy he salido des del Natació a rodar sin nada claro en la cabeza, sin ninguna intención más que rodar un poco. Salgo hacia la zona del cuarto cinturón y llego hasta el Sanatori, de ahí ya me encuentro pistas, caminos y senderos, sigo uno y voy subiendo. La tarde se ha puesta fea para algunos: cielo tapado, oscuro, algo de neblina, gotas de vez en cuando y una temperatura tirando a fresca. Perfecta para otros.

Voy siguiendo senderos estrechos que suben y se adentran más en las montañas, dejando atrás Terrassa, sus calles, carreteras y su ruido. Las piernas van muy bien, no hay nada como el descanso, ayer sólo hicimos spinning por la mañana y luego le dimos un respiro al cuerpo.

Me encuentro bien, muy bien, sólo corro, no hago nada más, no pienso, sólo corro y me inundan recuerdos y sensaciones que ya tenía olvidados: sólo yo con unas zapatillas en un escenario espectacular, corriendo con el mayor de los respetos, humildad y agradecimiento por poder estar ahí y ahora. El canto de los pájaros, ruido de ramas y hierbas por algún animal que se ha movido a mi paso, mi respiración y mis zancadas, no hay nada más, así de simple, así de puro.

Por fin hoy he salido con pantalón corto, veo a Leónidas, me lo tatué en noviembre y hasta hoy no había corrido con él, siempre tapado por las mallas. Me ha gustado mucho verlo, ahí está en mi cuádriceps izquierdo, en el lado del corazón, para ayudarme en los momentos duros, para recordarme que esto lo hago porque quiero, porque es lo que me gusta, por mí y para mi, con respeto y honor como diría el Rey de los Espartanos, con total entrega.

El recorrido ha resultado ser exigente, las sensaciones muy buenas, el ritmo también, sin parar de correr en toda la subida, volviendo a saltar sobre las piedras y raíces en la bajada, pero lo mejor ha sido volver a sentirme parte de la montaña, en plena armonía, sin molestarla, agradeciendo cada paso y cada zancada. Hoy ha vuelto a ser un día en el que hubiera estado horas y horas sin parar. Creo que por eso me gustan los ultratrails, no porque sean duros, no porque sean de muchos kilómetros, sino porque me siento tan bien mientras estoy allí que quiero que no se acabe, por duro que sea, por mucho que se sufra en los momentos bajos, compensa con creces.

Por días cómo hoy son los por los que corremos, por días como hoy ansío recuperar la rodilla.

Hoy le he preguntado al doctor que me está tratando si ya corro mejor, ya que todo su tratamiento se basa en los apoyos y palancas de fuerza. Me ha contestado ¿más rápido? mi respuesta: no, más rápido no, más sano para mi rodilla, lo que quiero no es ir más rápido, es correr muchos años.

No hay comentarios: