lunes, 9 de mayo de 2011

FIVE TO GO Y 38 GRADOS


A 5 días del gran día y he caído!!!. Esta mañana me he despertado con un sueño y cansancio exagerados y me he ido encontrando peor: dolor de cabeza, calentura y vómitos. Acabo la jornada laboral y me voy directo a la cama. En estos momentos la fiebre ha aumentado y no he comido ni bebido nada en todo el día por las nauseas. No sé que será pero me ha dejado bien jodido, ahora no!!!!!!. En fin, no se puede hacer más que intentar recuperarse y esperar a ver cómo estará el cuerpo el sábado a la 7:00AM en la playa de l’Ampolla. Espartanos, que los dioses nos sean favorables!!!.

El sábado por la noche incrementaron mis dudas, miedos y temores “gracias” a la velada compartida con el comité  de animación, con sus preguntas, comentarios y la proximidad de la cita afloran los nervios tal cual primavera en la que nos encontramos.

Lourdes, Teresa, Tony, Gemma y Javi van a estar en l’Ampolla para animar y apoyarme. Ellos no están metidos en esto de las carreras, ultratrails, triatlones, etc… Saben las pruebas qué hacemos y siguen el blog, pero como la mayoría de gente que no corre ni participa de este hobby-pasión acaban perdiendo la cuenta de kilómetros, desniveles y horas, le es muy difícil valorar esfuerzos y dureza de cada prueba. Una palabra suele quedar en la mente: maratón, como prueba de gran dureza para la mayoría del público en general, lo que pase de ahí se escapa a la comprensión.

Soy consciente que mi candidatura a Ironman es arriesgada, un triatlón distancia olímpica en mi currículum y 9 semanas de entrenamiento específico, arriesgada pero nunca irrespetuosa. Le tengo gran respeto a la prueba, respeto y temor. Hasta ahora me he auto engañado pensando en que he estado más horas en movimiento en muchos ultratrails y que todo es una cuestión de ritmo, poco a poco con prudencia hasta la meta.
Ironman suena a superhéroe, más que una medalla deberían dar una capa y un antifaz a los finishers. Natación en mar abierto, bici, correr, y para finalizar la prueba nada menos que un maratón, eso que en sí mismo es un gran reto, eso lo tienes que hacer para rematar la jornada.

Ironman, ¿has entrenado suficiente?, ¿está seguro?, ¿nadar en mar abierto?, después de esto ya puedes hacer cualquier cosa. Estas fueron algunas de las preguntas y comentarios que salían en la conversación, los mismos que me hago yo ahora.

Nunca es suficiente, nunca te parece que has entrenado al 100%. Objetivamente creo que es normal, es deporte y es una apuesta contra uno mismo, tiene que haber un componente incontrolable o se convertiría en algo mecánico y certero sin ningún aliciente. Pero los nervios no son objetivos: no he hecho suficientes tiradas largas de natación, no he nadado suficiente en mar abierto, me faltan tiradas en bici, debería haber hecho transiciones más largas, rodajes de más kilómetros para preparar la maratón, etc…….

Empiezas a cuestionar lo que has hecho, que si en el último ciclo de carga me he descontrolado un poco, demasiada montaña, pocas horas, complicaciones personales que tuercen los entrenos, etc, etc, etc, … De quejas y lloros tenemos todos los que queramos. Pero lo importante es que no cambiaría nada de lo que he hecho, así han ido las cosas y no hay más.

Tengo las dudas, miedos y nervios propios de los grandes retos. Me he emocionado entrenando mientras nadaba imaginándome saliendo del agua superando los 3.800 metros contento y entero, me he emocionado mientras rodaba en bici pensando que sería capaz de regularme bien, de devorar kilómetros y viéndome bajar de la bici en la T2 con fuerza, ganas e ilusión para empezar a correr, y me he emocionado mientras corría pensando en el momento de cruzar la meta y que Judith y mis amigos estén allí para compartirlo y disfrutarlo. Hacía tiempo no tenía estas emociones ante una prueba, tantos nervios, tantas dudas. ¿Seré capaz?, ¿podré acabar?, ¿podré correr la maratón?.

Sé que la natación se me va a hacer muy larga, la bici eterna y la maratón inacabable. Habrá que tener paciencia, sólo tengo ganas de acabar la bici y empezar a correr para ver cómo estoy, cómo me siento, tengo la sensación que a cada vuelta que complete del circuito a pie será un peldaño más en mi estado de emoción y euforia, una vuelta más cerca de conseguir el reto, una vuelta más cerca de ser finisher.

De momento puedo seguir soñando, imaginando y visualizando, el sábado será el Ironcat y sus 226 kilómetros de recorrido quien ponga las cosas en su lugar, pero aviso: mis Leónidas no se lo pondrán fácil!!!!

1 comentario:

issola dijo...

Se me ocurren muchas cosas que decirte en estos momentos, pero si la resumo en una es que a cinco días del inicio para muchoas ya puedes considerarte todo un finisher. Cada una de esas sensaciones no son sino el componente indispensable para añadir más emoción si cabe a todo lo que va a ocurrir el sábado. Apreciar cada uno de esos momentos es una oportunidad única que sólo se puede vivir la primera vez que se afronta. Con todo lo que relatas no haces más que confirmar nuevamente que estás más que de sobras preparado para conseguir ese nuevo sueño. Y yo estaré alli para apoyarte en todo lo que pueda. Ánimos fiel compañero de sueños, en pocos días haremos uno nuevo realidad seguro, que no te quepa ninguna duda.