Por la tarde, ya de vuelta en Soria, fuimos a investigar el paseo a la orilla del rio, y la grata sorpresa es que se trata de un lugar ideal para correr, con algún tramo exigente con buenos repechos.
A sus 1.000 metros de altitud y a la ribera del Duero, completamos ayer noche un rodaje suave de 1 horita, y esta mañana un entrenamiento algo más duro con varios cambios de ritmo para totalizar un total de 11 KM, quemando el desyuno buffet y haciendo hueco para la comida.
Ahora nos vamos a disfrutar de la ribera del Duero en su formato tinto y embotellado, acompañando un lechal al horno de leña y los Fogones de Salvador. Hay que conocer la tierra en todas sus facetas....
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