AGUAS ABIERTAS

Estreno de neopreno como mandan los cánones: en aguas abiertas.

Bajo la tutela de Isma y su experiencia Ironman nos metemos en el agua de Gavà. La preocupación hace días viene siendo la temperatura del mar, ni habíamos pensado por un momento en otra cosa. Pues hoy toca mar picada, mi inexperiencia me impide decir si mucho o poco, para mi muy picada la verdad. 

Empezamos en contra de la corriente y de las olas. Malas sensaciones no, peores!!!. Otra vez como en el Garmin Triathlon con sensación de ahogo y opresión en el pecho, pero si el neopreno es de mi talla!!! Estoy justo en el valor central tanto de altura como de peso!!!!!. 

Ahogo, opresión, olas, voy junto a Isma pero se me está cayendo el mundo encima, dónde me he metido???, cómo voy a superar el Ironcat??, si sale un día picado como hoy no acabo ni la natación.  Me acerco a la orilla e intento recolocar el traje. Un minuto y a seguir, al poco rato otra parada y a seguir. Isma sugiere que me baje un poco la cremallera, en esta situación ya me da igual que me entre agua, si esta fría o si me congelo, pero cualquier cosa antes de seguir así.

Con la cremallera bajada voy algo mejor, vamos tirando, aguantamos un buen rato aunque no tenemos noción del tiempo ya que no llevamos  ningún reloj. Yo solo voy pensando en si será verdad la promesa de Isma que la vuelta a favor del oleaje y la corriente será mucho mejor.

Por fin el compañero se para y me dice que no hace falta llegar hasta Barcelona, que podemos dar la vuelta, ya era hora!!!.

Vuelta del tirón y con mejores sensaciones, aunque empiezo a notar cansancio de hombros, el traje se nota, no tienes la misma movilidad. Como referencia un alto monumento de hierro en el paseo de Gavà, ahora ya lo vemos y es nuestra meta particular. Poco a poco nos vamos acercando, esta vez de un tirón y con mejores sensaciones. Cansado y agobiado, con dificultades de respiración, pero mucho más calmado y con la sensación de que así podría seguir un rato más.

Salimos del agua, lo de menos ha sido el frio aunque el agua estaba realmente fría. Salgo algo desanimado pero con una idea clara: tengo mucho trabajo que hacer en las pocas semanas que quedan, mucho neopreno y todo el mar que pueda catar. Tengo que salir de las aguas de La Ampolla como salgo de la piscina, así que a trabajar se ha dicho.

Transición en el maletero del coche y a correr. Pulso bajo pero la misma sensación de ahogo, no consigo llegar los pulmones, me parece que estoy en el Kilimanjaro. Pasan los kilómetros y no mejora, además las piernas duelen como nunca, igual es que aparecen los excesos de la larga jornada ciclista del domingo. Me mantengo, pienso que el maratón del Ironcat puede ser peor que esto, así que a aguantar toca. Por fin acabamos los 7,5 KM. 

Día duro, duro. Espero, no, mejor dicho debo, debo salir mejor del agua en La Ampolla, mucho mejor si quiero acabar el Ironcat.

El consuelo es que según las referencias que hemos tomado des del agua y hemos comprobado después corriendo, hemos nadado algo más de 1.800 metros, así que no está mal del todo.

 

Mejor sufrir hoy que en el Ironcat, como dice Leónidas “cuanto más sangres aquí, menos lo harás en el campo de batalla”.