sábado, 21 de marzo de 2009

LAS CARRERAS TERMINAN, EL CORRER NO

No sé cuando me puse por primera vez las zapatillas para correr, pero sí recuerdo muchas veces en las que corriendo me sentí muy feliz.

Da igual por donde sea y cuándo, al atardecer, por los bosques cercanos a casa, en lo alto de las montañas a las 6 de la mañana, por la noche, en una playa, en un desierto… lo importante es, en esos momentos, sentir que mente y cuerpo están unidos en un solo pensamiento y en un solo sentimiento, correr, evadirte, sentir que todo lo que te rodea está contigo, la hierba que pisas, el aire que respiras, el sol que te acaricia mientras avanzas por los caminos.

Una carrera por etapas no sólo es correr, es vivir una experiencia única y cada una de ellas será diferente, tus sensaciones no serán las mismas, los paisajes serán cada uno un mundo, cada día de la etapa lo vivirás como si fuera único, y lo más importante, en cada una de ellas conocerás a gente con la que, por muy lejos que esté, te unirá algo muy especial, porque sabes que en cada uno de nosotros, mientras trabajamos o hacemos cualquier cosa obligados por la civilización que nos toca vivir, en el fondo de nuestro corazón arde el deseo de ponernos las bambas y emprender una nueva aventura, y ese deseo compartido hará que en unos días, semanas o meses, volvamos a vernos, para poder vivir otra vez una experiencia similar.

Al terminar la carrera se añoran esos momentos, el correr por ese mar inmenso de arena, la paz al terminar la carrera, descansando en nuestra haima, mientras el sol y una ligera brisa entraba suavemente… nuestras charlas… todo lo vas recordando y lo hechas mucho de menos, pero ya te ilusionas pensando en la siguiente, en dónde será e intentando unir en alguna parte del mundo a toda la gente que has conocido y que deseas con todas tus fuerzas volver a ver.

Ya en el avión, mientras ojeo un libro de un apasionado del correr, leo una frase que me hace sonreír. Levanto la cabeza y miro el horizonte, divisando ya Barcelona.

Las carreras terminan, el correr no.

Judith.

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